La extracción de litio, junto con la extracción de otros metales preciosos (como el cobre) y minerales (como el potasio) están consumiendo cantidades insostenibles de agua en el desierto de Atacama de Chile, poniendo en riesgo el frágil ecosistema del desierto, su vida silvestre y los medios de vida de los indígenas, las personas que viven allí.
Este territorio forma parte del patrimonio ancestral del pueblo atacameño Lickanantay, que ha establecido su jurisdicción a través de los derechos otorgados por la Ley Indígena de Chile (19253) al Estado de Chile. Este es un territorio que siempre ha estado habitado por el pueblo atacameño Lickanantay, cuya supervivencia y forma de vida depende de la agricultura, la ganadería y la cosecha sostenibles (caza y recolección de los productos de sus tierras). El pueblo atacameño de Lickanantay, su forma de vida y sus tierras ahora están amenazadas, ya que la minería toma cantidades insostenibles de agua y contamina el medio ambiente local.